Board Of Advisors
Hace dos años, leí un concepto que transformó mi forma de llevar mis relaciones y mi desarrollo personal: el Personal Board of Advisors de Sahil Bloom.
La vida empresarial está llena de valiosos aprendizajes y herramientas para navegar los mares de nuestra evolución.
Una decisión clave para escalar y crecer una empresa es crear un Consejo de Administración. Un grupo de expertos en distintas áreas que aconsejan sobre estrategia, decisiones o inversiones clave, resuelven retos fundamentales y empujan al equipo directivo a cumplir sus objetivos.
Nos comparten su experiencia y conocimiento al servicio del propósito de la empresa. No se involucran en el día a día, pero ayudan a ir del punto “A” al punto “B” de la forma más eficiente y eficaz, considerando tiempos, fricciones e inversión.
Así como las empresas tienen un Consejo de Administración, nosotros debemos tener un Personal Board of Advisors: un grupo de sabios con quienes navegamos nuestra propia expansión.
En las grandes historias de éxito, siempre hay figuras clave que pasan desapercibidas hacia afuera, pero sin ellas no hubiera sido posible.
Nada grandioso se construye solo. Toda gran creación es un esfuerzo colectivo.
El acto creativo, el progreso y la evolución se sostienen en la colaboración con la energía y fuerza de un propósito, la madurez del tiempo y un equipo de personas que suman sus habilidades para multiplicar los resultados.
La naturaleza es una danza constante en la que miles de seres vivos —desde microorganismos y bacterias hasta árboles y animales— trabajan en sincronía para regalarnos el ciclo de la vida.
También lo veo con mi hijo. Cada vez que desbloquea una nueva habilidad, su exploración del mundo sube de nivel. Para mantenerlo seguro, los cuidados también deben subir de nivel.
Si estamos determinados a crecer, evolucionar y expandirnos para experimentar más de la existencia humana, las oportunidades y retos que viviremos requerirán un nuevo set de habilidades para mantenernos a flote en el inexplorado mar abierto.
Nuestro nivel de desarrollo y crecimiento debe ser proporcional a lo que deseamos de la vida. Debemos ir más allá del perímetro de lo conocido y explorar aguas desconocidas para elegir nuestro propio camino.
Navegar el mar de nuestra evolución es libertad e incertidumbre. Desaparece la seguridad de lo familiar y conocido. El mapa ya no es el territorio; la nueva e inexplorada realidad es el territorio.
Entre más avancemos en alta mar, más importante será rodearnos de personas que nos aconsejen, reten e impulsen a seguir explorando en dirección a nuestro propósito y llamado interno.
A estas personas las llamamos mentores. En mi experiencia, han sido circunstanciales. Nunca les pedí ser mis mentores.
Pareciera que teníamos un pacto de almas. Estuve atento a su aparición en mi camino, tomé acción y recibí las lecciones o aprendizajes clave que estaban destinados a darme.
A dos los conocí en Asia, a otros nunca volví a ver, algunos van y vienen, y otros se han transformado en hermanos de camino que me acompañarán hasta el final de las reencarnaciones.
El problema es que los mentores tienen disponibilidad muy limitada. Son high performers en su campo y su tiempo es escaso.
Además, cuando llamamos a alguien “mentor”, lo elevamos a un compromiso que no sabemos si está dispuesto a tomar.
Esperar a que aparezca el siguiente mentor con quien hicimos un pacto no es la estrategia más eficiente para navegar en mar abierto. Por eso, un Personal Board of Advisors es una gran herramienta.
¿Cómo hice mi Board of Advisors?
Impulsado por la fuerza de mi intención y mi compromiso con la expansión de mi ser.
Los elijo intencionalmente con intuición racional: si hay evidencia en contra de mi intuición, me cuestiono para saber desde dónde y por qué lo elegí y si debe seguir ahí.
Es fundamental hacerlo, porque sus consejos o perspectivas son como una flecha y me impactan a mayor profundidad. Los escucho con atención, pero decido por mí mismo.
Son personas que cumplen cuatro condiciones:
Su historia de vida me genera curiosidad y admiración.
Me proyectan algo que quiero desarrollar o mejorar en mí.
Desde mi perspectiva, hay congruencia entre sus palabras y acciones.
Me convenzo a mí mismo de que también tengo mucho valor por sumar.
Y busco:
Sumar valor: Desdoblar lo mejor de mí para aportar en cada momento. Regalarles un libro, conectarlos con alguien, escribirles una carta, agradecerles continuamente, ser transparente y crear confianza. Interesarme profundamente en el ser humano, no en la figura que representan.
Accountability y feedback: Que sean directos y brutalmente honestos. Que me digan lo que es, no lo que quiero escuchar. Comprometerme sin excusas. Hacerme incondicionalmente responsable.
Experiencia: Que jueguen diferentes roles con habilidades complementarias: un líder aspiracional, un socio espiritual, un conector profesional, un buscador del llamado interno, un creador de imperios, un sabio curandero.
Profundidad: No importa la antigüedad de la relación, importa la profundidad. En la superficie nada cambia y nada crece; en la profundidad, se crean y fortalecen las raíces.
Tener un círculo íntimo que nos inspire, reconozca y guíe es crucial para no hundirnos en los mares de nuestra evolución.
Las olas traerán atención a diferentes temas: pareja y paternidad, empresa, finanzas personales, conexión espiritual, llamado interno, conversaciones difíciles, decisiones estratégicas, inversiones importantes, camino empresarial, etc.
Los miembros irán cambiando con el tiempo. Algunos llegan para quedarse, otros serán solo un encuentro en la vida. Pero conforme crezcamos, el Board se actualizará.
Aun así, los que salen no desaparecen. Dejan huella y los recordaremos con gratitud porque seguirán siendo parte de nuestra historia.
Mi arma secreta ha sido mi interés genuino en su historia y camino de vida, para ser determinante en el crecimiento del ser humano detrás de cada admirable personaje.
Me interesa profundamente servirles con las siete fuentes que enseña Alfonso Ruiz Soto en Semiología de la Vida Cotidiana: afecto, apoyo, comprensión, placer, inspiración, conocimiento y reconocimiento.
Y por último, en la vida en general, doy más de lo que recibo.
Hace mucho que dejé de llevar la cuenta. La escasez y la competencia son de una mente limitada; la creación y el suministro infinito de oportunidades, de una mente abundante.
Muchos de mi Board of Advisors hoy son mis hermanos de camino y socios espirituales.
Sé muy intencional con quién sumas a tu camino, porque te acompañarán en el gran viaje de regreso al centro de tu ser.
🪶🧙🏼♂️
Encuentro esos Advisors en amigos pasajeros y personas que no tienen un interés en recibir nada a cambio.
Amé este texto. Al final, somos la suma de los demás. Los que escogemos y a los que decidimos darnos. Bravo Mike! Love it