El Propósito Superior
(8 minutos es una gran oportunidad para entrenar tu foco atencional, gracias).
Escribir con claridad requiere pensar con claridad. Siéntate a escribir y conocerás la nitidez de tu pensamiento y de la información, cultura o conocimiento que habita en tu mente.
Hablemos sobre lo que he aprendido del propósito superior por las aventuras del misterio de la vida, los hermanos del camino y, en especial con el Gran Zorro, Raúl Romero, en caminatas por el bosque y en Re-Evoluciónate 2025.
Vemos el propósito como una misión de vida reservada exclusivamente para los elegidos por intervención divina. Para los favorecidos por las injustas fuerzas del universo. Para los bendecidos entre millones que, mientras practican su pasión, ganan millones de dólares.
Muchos elegimos no prestar atención a las mamadas motivacionales que nos venden un propósito como la clave para darle sentido a nuestra vida. Nos parece puro humo y un abuso de la desesperación y frustración de la gente.
Leemos libros como “El Hombre en Busca del Sentido”, “Siddhartha” o “Meditaciones” y nos sentimos como una especie de humano insuficiente, limitado y restringido para vivir esas historias.
Excluidos, sin posibilidad de encontrar un propósito y sentido en el infierno de un campo de concentración, sin la valentía para dejarlo todo atrás y buscar la iluminación, sin la disciplina para ser un referente del estoicismo.
Pensamos que el propósito es el nuevo “misión, visión y valores” de las empresas. Un conjunto de palabras que comunican principios sin sustento en un corazón empresarial. Un “talk the walk” en lugar de un “walk the talk”. Un invento de marketing para vender la ilusión de una vida diferente y mejor.
O tal vez no.
Tal vez, el propósito superior es la fuerza del universo actuando a través de tu corazón para conectarte con eso tan sagrado que, para ti, es más grande que tu mismo.
Una intención tan poderosa que te impulsa a saltar al abismo y, al caer, abrir las alas para volar en dirección a lo que da un sentido supremo a tu existencia.
El propósito superior, para mí, no es algo trascendental por lo que vale la pena morir. Es algo tan significativo por lo que vale la pena vivir.
Vivir intencionalmente y con un compromiso máximo con la expansión integral de nuestro Ser.
El propósito merece una responsabilidad incondicional, porque nos obliga a ir profundo en nuestro universo interior para poder entregar lo mejor de nosotros en servicio al corazón.
Lo importante no es qué tan poético suena, el tamaño de su promesa, a cuántas personas impacta, qué tan millonario te va a hacer o cuánta fama traerá.
Lo importante es la confianza ontológica y el poder de presencia que generará su vibración cuando emerja, cuando escuches a tu corazón gritarlo y lo sientas como la pieza que encaja y completa algo tan significativo, íntimo y poderoso: una razón de vida para este momento, aquí y ahora.
No confundamos el propósito con un objetivo. Si no vibra en el corazón, si no genera entusiasmo, si no podemos priorizar y alinear cada acción de nuestra vida a ello, no es un propósito, es solo un gran objetivo..
¿Cómo emerge el propósito superior?
Conociéndote a ti mismo.
¿Cómo te conoces a ti mismo?
Haciendo el trabajo que la gran mayoría no está dispuesta ni comprometida a hacer.
Tus años de vida no son referencia del conocimiento que tienes de tu propio ser. Hay quienes, en el último tercio de su vida, siguen cargando el mismo miedo de su adolescencia y repitiendo los mismos patrones de su juventud.
El viaje hacia adentro empieza cuando te comprometes a ser un buscador de la verdad y te inicias en el camino de la mente al corazón.
Mucha gente me ha dicho: “Yo no tengo nada que sanar”. Mi mejor respuesta siempre ha sido un profundo silencio.
La sorpresa es que tu propósito puede estar conectado a una de tus heridas y, por lo mismo, el obstáculo se convierte en el camino que te da la oportunidad de transformarte y elevarte al siguiente nivel.
¿Cómo hacer ese trabajo?
Con self-criticism objetivo. Cuestiónate y reconfigúrate. Primero pregúntate: ¿Dónde estoy? Y después: ¿A dónde voy?
Dos preguntas como ejemplo:
¿Qué valores te aporta tu ecosistema? ¿Libertad o libertinaje? ¿Realización o ambición? Mide la calidad de tu entorno preguntándote: Si muriera mañana, ¿dejaría que las cinco personas más cercanas a mí eduquen a mis hijos o se casen con mis hijas?
¿Cómo se impulsan y cincelan en tu ecosistema? ¿Compiten por ligar con la más guapa o ganar más lana? ¿O se admiran, respetan y exigen entre ustedes? ¿Eligen acompañarse y comprometerse a renunciar a algo como el juicio, el reconocimiento o el alcohol?
Si las respuestas son negativas, estas sentenciado a quedarte en el mismo lugar. Muévete y acciona. Será lento y doloroso, y también, aventurero y trascendental.
Dejar la tribu sin tener una nueva tribu duele. Cambiar de piel duele. Desacostumbrarse a la mierda duele.
Pero el Gran Misterio de la vida se experimenta cuando rompemos el cascarón para nacer en nosotros mismos e ir más allá de lo conocido, lo seguro y lo familiar.
Cuando haces el trabajo por ti y para ti, tu propósito emerge con más esencia, fuerza y claridad. Impulsando la energía de tu corazón para subir de nivel al integrar y trascender.
El propósito superior no es para iluminarte y ponerte por encima de los demás. Es para darle dirección a tu vida.
No te puedes saltar del nivel 1 (egocéntrico) al 3 (mundocéntrico). Subes en orden, porque la sabiduría de un nuevo nivel contiene los conocimiento y las experiencia más valiosas del nivel anterior.
Integrar es trascender.
El nivel 4 (cosmocéntrico) contiene al nivel 1, 2 y 3. Pero lo más inteligente no es vivir en el nivel 4, sino mantenerte en el nivel que esté alineado con tus prioridades de vida.
Si estas atento, verás que lo que te llevó al límite del nivel 1 es lo que te impide subir al 2. Rompe ese techo de cristal para convertirlo en tu nuevo piso.
Después de muchas conversaciones profundas y una revolcada en Date With Destiny 2022, rompí el techo y mi propósito nació como:
Crecer integrando, crear gozando, conectar compartiendo y amar sirviendo.
Durante dos años fue la brújula del corazón para priorizar y alinear en qué dirección y lugar invierto mi recurso más valioso: mi tiempo.
Si un proyecto, una reunión, un cliente, una invitación o lo que sea encaja en al menos dos direcciones de ese propósito, le entró con todo mi ser. Si no, paro para comprender el beneficio y recuerdo algo muy importante.
El propósito superior es inalcanzable. Por eso siempre nos impulsa hacia arriba. Es imposible creer que todo lo que es necesario hacer y me toca hacerlo a mi va a encajar con mi propósito. Pero ahí descubro y trabajo con el poder y el compromiso de la práctica.
La practica es el corazón del propósito porque aunque me acerca mucho más de lo que imagino, me revela mucho menos crecimiento del que realmente es.
Entre más alineada están mis decisiones y prioridades con las 4 direcciones “crecer, crear, conectar y amar”, más fácil es que lo haga con entusiasmo: “integrando, gozando, compartiendo y sirviendo”.
Y, como dice el Dr. Ruiz Soto:
“Mientras una persona no comprende el beneficio, no realiza el esfuerzo. Pero si lo comprende, no solo realiza el esfuerzo, sino que el esfuerzo se transforma en entusiasmo.”
Pasar de la enorme carga del esfuerzo a la fuerza intencional del entusiasmo lo cambia todo.
En resumen, el propósito superior me impulsa a poner mi ser y atención en el lugar que más valor e impacto generan para mí y para los demás.
La próxima semana voy a desglosar la evolución de mi propósito.
Si ahora ya comprendiste el beneficio, te dejo estas tres preguntas para el puente:
¿Para qué estoy en este momento aquí y ahora? (Atención y presencia).
¿En quién me tengo que convertir para morir en paz? (Ser).
¿Qué tengo que lograr para morir completo? (Hacer).
Dr. Rangan Chatterjee: Make Changes That Last
Tu estilo de vida dicta cuántas veces visitas al doctor. Comida, movimiento, sueño y relajación. No se trata de ser perfecto, sino de buscar excelencia en lo que haces la mayor parte del tiempo.
La clave no está en más información externa. Ya sabes que el azúcar te hace daño o que dormir bien mejora tu energía. La pregunta real es: ¿por qué, sabiendo esto, sigues cayendo en lo mismo?
Si no diferencías entre lo que sabes y lo que sientes, seguirás repitiendo patrones porque están atados a lo que crees que eres. ¿Desde dónde viene el cambio? ¿Desde la escasez y el miedo, o desde la abundancia y el amor?
El obstáculo más grande no es externo, eres tú mismo. Cada hábito cumple un rol en tu vida, y solo lo cambiarás si entiendes por qué está ahí.
Muchas gracias Miguel, voy a combinar la reflexión con el diario
Miguel muchas gracias por el contenido que compartes es un para mi muy importante me apoya a reflexionar 🤔 y a buscar el cambio que está en mi y no en el exterior, no es fácil porque estamos habituados a lo mismo cada día y no damos un espacio para encontrarnos, muchas gracias 🍀🍀