📚 6 minutos de tranquilidad
Valoro mucho el tiempo invirtieron en la encuesta para tener su feedback, muchísimas gracias.
🔄 Resignificarlo Todo
Para los que me pidieron audio aquí se los dejo, iré mejorando con el tiempo.
El viernes pasado conocí a Diego Dreyfus, un polémico personaje que vive desde su esencia. Muchos lo aman y a muchos otros les parece un payaso. Para mí, ha sido un gran espejo para ir cada vez más profundo hacia la esencia. Me gusta escuchar con mucha presencia para tomar lo que me aporta algún valor y, si algo no sirve o me causa un conflicto, primero me cuestiono: “¿Qué de esto no me gusta y qué me está queriendo enseñar?”, y así hacerme más consciente de no creerme todo lo que pienso. Y lo que de plano no me gusta, lo tiro sin invertir tiempo y energía.
Durante el diálogo, pensé en qué le puedo preguntar a alguien que tiene mi respeto y admiración por ser sí mismo en una sociedad que te exige encajar. Al despedirme, le pregunté:
¿Si pudieras dejar una sola lección o un consejo para tus hijos, cuál sería? - Tienes el poder de resignificarlo todo.
El poder de resignificar, reinterpretar o dar un nuevo significado a lo que vamos viviendo es uno de los conceptos sobre los que más he hablado aquí, en la entrevista de “El camino de la mente al corazón" y en pláticas profundas con mi consejo y mis amigos. La conversación puede ser sobre temas diametralmente opuestos: un divorcio, recibir feedback trimestral inesperado, la muerte de un ser querido, el fracaso al emprender, etc. Aunque empieza en un origen diferente, lleva al mismo destino: el poder de resignificar lo que estamos viviendo es una de las habilidades más importantes para operar a nuestro máximo nivel en una realidad de cambio constante.
Cuando decidimos conectar con el poder de la resignificación, no hay oxígeno para la víctima, porque resignificar implica conectar con nuestra fortaleza interior. Es regresar al origen; si somos débiles, morimos y somos la víctima; si somos fuertes, sobrevivimos y hay una expansión de nuestro ser.
En esa expansión, obligamos a nuestra mente, cuerpo y espíritu a darle un nuevo significado a algo que nos pasó. Puede ser injusto, inmerecido, inhumano, lo que sea, pero dejamos de perder tiempo en la queja, en el “¿por qué a mí?”, en el “no me lo merecía” y dedicamos toda nuestra energía a dar un nuevo significado a ese momento. Se trata de ser el búfalo que corre confiado hacia la tormenta.
Nuestra mente transforma ese momento en una nueva posibilidad, ese nuevo significado es encontrar un nuevo maestro en la oscuridad. El cuerpo se vuelve nuestro equipo durante el proceso de cambio. Hacer ejercicio, hidratarnos y nutrirnos de manera inteligente, cuidar nuestro sueño y niveles de estrés, cuidar lo que consumimos por los ojos y los oídos, cuidar el diálogo con nosotros mismos, meditar y contemplar sobre nuestro camino. El espíritu nos da la fuerza que nos mantiene de pie cuando no tenemos energía, cuando creemos que ya no podemos más, es cuando apenas vamos empezando. Ese nuevo significado tiene la fuerza de un propósito más grande que tú mismo. Como escuché a mi querido Daniel Ruíz cantar en la selva: “vamos agradecer, la verdadera disciplina se práctica con placer”.
Cuando alguien me pregunta cómo empezó mi camino, hay varios momentos de mi vida a los que regreso porque he logrado resignificarlos para verlos como lo mejor que me ha pasado. El más importante de todos ha sido el siguiente.
En marzo de 2021, un muy querido amigo y yo íbamos platicando sobre cómo blindar la mente y el poder de los hábitos. Una conversación deliciosa, los conceptos y las ideas fluyendo con claridad y entendimiento, en un estado de flow maravilloso. De esas pláticas que al final te das un abrazo como reflejo del bonding que llevó la amistad a un nuevo nivel.
En la última caseta antes de llegar a nuestro destino de Semana Santa, mientras esperábamos detrás de un camión de carga, nos sorprendió una emboscada por tres sicarios con AK-47 que nos bloquearon el paso por atrás con una Grand Cherokee, dejándonos acorralados entre ellos, el camión y los camellones a los lados del carril de la IAVE.
De manera violenta y muy agresiva, dieron varios cachazos a las ventanas. Por un momento me paralicé cuando mi querido amigo Luis gritó: “¡MIIIIGUEEEEL!”. En ese momento reaccioné, volteé a mi izquierda y, como en una película, a través del cañón vi la bala esperando ser disparada. En cuestión de 2 segundos, nuestro instinto de supervivencia fue creador del plan de escape: me salto el camellón para ir manejando en sentido contrario hacia nuestro destino. No me van a alcanzar y no manejan mejor que yo, conozco esta carretera mejor que ellos. Le marcamos a nuestro Rambo que nos salvará la vida con sus escoltas, llegamos al pueblo y vivimos para contarlo. Parecía el plan perfecto, hecho en 2 segundos, había luz al final del túnel.
El primer paso fue saltar el camellón y, al caer, se ponchó la llanta delantera izquierda. En ese momento, las condiciones exigieron un plan B porque no íbamos a llegar a nuestro destino. Empezó la persecución, manejando en sentido contrario en la carretera, esquivando coches, cayendo al acotamiento, rozando la pared que divide los carriles, haciendo llamadas a Rambo y tomando medidas extremas durante 15 minutos y al final quedarnos sin llanta, manejando con el rin y con la suspensión jodida.
Ese instinto de supervivencia (la amígdala) nos hizo operar como Navy SEALs, y obvio, rezando a Dios que pudiéramos vivir para contarlo. De repente, apareció una patrulla federal en el camino. - "¿Luis, confiamos o no?" - "¡Confiamos!". Muertos de miedo, paramos a los federales y brevemente les contamos lo sucedido. Corrieron por sus armas largas, bloquearon la carretera con la patrulla, y en eso lo peor, escuchamos una ráfaga de 10 a 12 balazos de un arma larga.
Nos agachamos y volteamos a ver con esa mirada de derrota en película de guerra que significa el gran final en este plano. Nos despedimos con un vacío en el alma, en ese momento vimos nuestra vida pasar y quedó frente a mí lo realmente importante: mi familia y mi relación con ellos, mi esposa y lo que había llevado a la relación, y una pregunta que marcó para siempre: “¿Qué hiciste con tu vida?”.
Con los ojos cerrados, rezando, con la adrenalina a tope y en modo supervivencia, sentimos que algo venía hacia nosotros. En eso, escuchamos el rechinar de varias llantas junto a nosotros, pensando que habíamos sido emboscados. Decidí asomar mi cabeza lo mínimo indispensable para ver quién era. Necesitaba saber si, por escaparnos, los hicimos enojar y nos iban a rafaguear el coche o qué pasaba. En ese momento, veo a Rambo con una gorra, playera, en pants, chanclas, cigarro en boca y un arma larga en manos, listo para la guerra: “¡Miguel, vámonos cabrón!”. Salimos corriendo Luis y yo a la camioneta de nuestro salvador para llegar a nuestro destino mientras Rambo manejaba a 200 Km/hr, disparando al aire para disuadir al enemigo… Lo demás es historia.
Los meses después fueron un infierno de ansiedad. Salir de mi casa se convirtió en un secuestro inminente, en mis pesadillas lograban secuestrarme, un alto en el coche era una prueba de fe y confianza en que todo iba a salir bien, o no. Los ataques de pánico y ansiedad se hicieron más y más frecuentes hasta que casi se apoderaron de mí, dándome 5 al día.
Fue la fuerza del espíritu la que siempre me mantuvo de pie, es una frecuencia energética en la que no hay víctima, no hay duda y no hay incertidumbre. Escuchar a Tony Robbins, Jim Rohn, Kobe, Matthew McConaughey, etc., y leer a Michael Singer, Ryan Holiday, Séneca, Marco Aurelio, Naval Ravikant, Michael Pollan, etc., blindó mi mente para pasar de ser la víctima de la delincuencia al afortunado a quien por tercera vez le pusieron una pistola en la cabeza para obligarlo a despertar (es difícil aprender a la primera).
Desde ahí, me repito constantemente: “Si sobreviví fue por algo y no voy a parar hasta descubrirlo, perfeccionarlo, dominarlo y compartirlo con el mundo desde mi más profunda esencia, servicio y libertad”.
Después de vivir esa experiencia, pude haberme convertido en víctima de lo que me pasó: entrar en depresión, no salir de mi casa, vivir apanicado y en alerta constante, dejar de tomar riesgos e irme a vivir fuera de México. Lo peor es que pudo haber sido un cambio de mentalidad tan fuerte que terminara hundiéndome en una mindset de víctima donde todo es limitado, escaso, riesgoso, chiquito, sospechoso, con una necesidad de seguridad y control no trabajada que terminara contaminando mis relaciones y habiendo perdido mi paz interna que, como dice el Dr. Alfonso Ruíz Soto, “perder la paz interna es perderlo todo”.
El costo a pagar hubiera sido demasiado alto. Me hubiera perdido de descubrir quién soy, de tomar riesgos, de ver la vida como una aventura, de esta curiosidad que me lleva a nuevos caminos para vivir experiencias que me lleven a nuevos espejos y maestros, nuevos amigos, entendimientos y oportunidades. Si nos perdemos de todo esto, perdemos la capacidad de transformarnos en lo que estamos destinados a ser.
Resignificar nos hace dueños de nuestro destino. Cuando parece que la vida toma el control, tú lo recuperas.
Resignificar nos ayuda a transformar nuestro pasado en el presente y en la realidad en la que queremos jugar mientras nos realizamos cada día.
Resignificando te estudias a ti mismo y te descubres en tu propia profundidad. Te impulsas a donde no habías llegado antes y descubres tus nuevos límites constantemente.
Genuinamente les digo que si hoy viera a los sicarios en la calle, les daría las gracias por obligarme a despertar.
¿Quieres ser la eterna víctima o quieres tomar el riesgo de exprimir tu vida y descubrir para qué llegaste a este mundo?
💡 Hacks para resignificar pequeños actos de la vida diaria
Para resignificar las grandes caídas y los momentos más difíciles hay que empezar poco a poco. Te dejo algunas ideas:
El poder del agua fría: usa el miedo al frío (regadera / ice bath) para mejorar la resistencia mental. Es un entrenamiento de estrés voluntario que te ayuda a permanecer en calma el los momentos donde hay algo importante en juego.
Respiración profunda mientras esperas: en lugar de desesperarte en el tráfico o en una fila, usa ese tiempo para practicar diferentes respiraciones. Esto puede ayudar a reducir el estrés y mejorar tu enfoque. Te dejo este breathwork de mi amigo, el Sr. de los Hielos para profundizar más en técnicas de respiración.
Del enemigo al maestro: esa persona que tanto te caga, tan mal te cae y tanto te desespera, seguramente lleva cargando un espejo durante mucho tiempo para enseñarte lo que tienes que trabajar. Cambia la perspectiva y pregúntate. “¿Qué me estas queriendo enseñar?”.
De lavar platos a Mindfulness: lavar platos es una meditación. Concéntrate plenamente en la tarea, observando los sonidos, la temperatura del agua, olores y sensaciones. Esto convierte una tarea mundana y para algunos mal vista en un ejercicio de atención plena, ayudando a calmar tu mente.
🎧 Adam Grant: Why discomfort is the key to growth and strategies for unlocking your hidden potential
En este episodio de On Purpose, Jay Shetty recibe a Adam Grant para hablar de su nuevo libro Hidden Potential: The Science of Achieving Greater Things.
Adam expone varios puntos muy interesantes:
La comparación nos ayuda porque nos inspira a aprender de los demás y mejorar, pero la única comparación que debemos hacer es con nosotros mismos.
Todos van a un ritmo diferente. A veces creemos que importa más la velocidad, pero olvidamos voltear a ver el punto de arranque de cada persona. En la vida habrán personas que van arrancar antes de ti aunque tu lleves 10 años en ese camino, acostúmbrate a ello.
Nuestras expectativas tienden a aumentar con nuestros logros y empezamos a dar por sentadas cosas que hoy nos habrían alegrado el día ayer.
La verdadera medida de tu potencial no es la altura de la cima que has alcanzado, sino lo lejos que has escalado para llegar hasta ella.
Vivimos en un mundo que glorifica la ambición cuando deberíamos buscar la aspiración.
Alcanzar un objetivo es un juego distinto al convertirse en la persona que uno quiere ser.
Gracias
por tus aportaciones sobre Hidden Potential.
¡Qué grande, Mike!
Vaya forma más extraordinaria de reconocer el poder de Resignificarlo Todo.
Ha sido profundamente significativo y transformador saber que tengo el poder de elegir ser ese Búfalo!
Gracias infinitas!
Gracias Miguel por ese nocaut para resignficar la vida cada día