⏳ 2 años de preparación en 9 minutos de tranquilidad
🌌 Mi Camino a la Paternidad
Llevo 53 minutos pensando de qué va esta historia y qué quiero transmitir con ella.
¿Por qué decidí que mi camino a la paternidad estuviera sostenido en la fuerza del propósito y la intención?
Quiero bajarlo con claridad para poderlo compartir, pero es una improbable mezcla de lo que he metido en mi mente, lo aprendido de mis relaciones y experiencias de vida que me hacen lo que soy hoy.
Hay tres razones que fueron la brújula que marcaron el camino a tomar rumbo a la paternidad que ahora entiendo como navegar en el mar de la evolución.
La primera me imagino que le pasa a muchos: la relación con mi padre. Me llevó años de trabajo personal con todas las herramientas que encontré para entender que los padres vienen antes de nosotros para mostrarnos en el camino lo que para nosotros es y no es. A través de ellos vemos una parte de lo que somos y lo que no somos.
Son grandes maestros de todo lo que queremos ser y lo que no queremos ser. Con ellos vivimos la dualidad de la luz y la sombra que van de la mano porque ambas crecen al mismo ritmo.
La segunda fue la experiencia que me llevó a un “despertar” interno y que he resignificado como una de las experiencias más profundas y de mayor impacto que he vivido.
Es un regalo del misterio tener una segunda oportunidad para exprimir la vida desde la esencia de tu llamado y en el camino, hacer la paz con tu propia muerte.
La tercera es que he observado con atención cómo se relacionan las personas que más admiro con sus hijos. Construyen un vínculo desapegado y libre de la expectativa de lo que el hijo tiene que ser a los ojos del padre.
Los acompañan a descubrir el mundo con un legado sostenido en los valores, el propósito y en el amor, y con la firme intención de darles a sus hijos las mejores herramientas para que cuando llegue su momento, puedan salir al mundo a vivirlo desde su esencia. Les enseñan a elegir su propio camino y quitan los obstáculos.
Hay muchas conversaciones, libros, podcasts y pensamientos que me fueron marcando, pero todo operó en mi inconsciente sin tenerlo tan presente porque lo veía lejos de mi realidad hasta que Karla me preguntó por primera vez: “¿Cuándo vamos a tener hijos?”.
En el eco del silencio de la pregunta surgió en mi interior la voz del juez interno a decirme “¿Tú ser papá? No estás listo ni tienes idea de lo que es ser un papá” y decidí huir de la difícil conversación con un “el próximo año vemos”.
Ese día no dormí de pensar en que pronto llegaría el momento de dar el salto a la aventura iniciática más importante que puede vivir un ser humano.
El insomnio estaba alimentado de la duda, del juicio y de la falta de confianza en mí mismo ante esta gran iniciación.
Me cagaba de miedo y no entendía de dónde venía. Me enjuicié durísimo, criticándome a mí mismo y cuestionando de qué sirve tanto trabajo personal, tanto acercamiento a mi espíritu, tantos maestros, guías y experiencias que me llevaron a ese momento si no creía que podía ser un buen padre.
A los pocos días en Instagram vi una historia de mi querido Pablito Sánchez, recién convertido en padre, y ahí el Gran Mecanismo tenía un mensaje que me ayudó a resignificar esa crisis inmediatamente.
La paternidad es el camino de desarrollo personal más poderoso que puede vivir un hombre.
En ese momento la perspectiva cambió por completo. Vi la posibilidad de potenciar mi trabajo personal a un nivel de expansión desconocido y que de otra forma no podría llegar, y en el camino transformar el miedo en curiosidad.
¿A dónde quiero que me lleve este camino? ¿Qué tan profundo estoy dispuesto a ir? ¿Cuál es el propósito y la intención de traer un humanito a este mundo?
Y llegó el entendimiento: el camino que más corazón tiene es la paternidad. Si quería que mi camino a la paternidad fuera una transformación y un renacer tendría que caminarlo enfocado en el propósito y la intención.
Asumí el compromiso de hacer mi máximo esfuerzo para romperme y reconstruirme, y renacer en mi propia conciencia. Haría lo que fuera y pagaría el precio sin saber el costo, confiando que valdrá la pena.
La vida es una obra de transformación y evolución continua, entre más profundo voy más amplitud encuentro, más crezco, más disfruto y más vivo me siento. Y este camino, es el de la experiencia humana más inefable que la magia del misterio nos regalo para vivir.
No podemos transformarnos si no somos intencionales, las grandes historias no suceden por error. Nadie escala el Everest o hace una marca como Clase Azul por accidente. En el centro hay un propósito en el que podemos descansar y confiar porque nos regresa a la intención y al origen.
Emprendí el camino con entusiasmo y con la medicina del enfoque en la presencia de mis ojos. Si quiero ser el padre que estoy destinado a ser, debo empezar por transformar la relación con mi padre.
Esa decisión fue un breaking point en el camino, una ficha de dominó, una onda expansiva al interior. No podía dimensionar el trabajo personal que se avecinaba al empezar con él y el camino por el que me llevaría.
La herida es el lugar por donde entra la luz.
- Rumi
Fui a la herida más profunda para permitir que entrara la luz y utilizar la luz de la verdad para vaciarme de mí. Limpiarme y dejar atrás todo lo que no me representa, lo que no soy, lo que en el interior no me llama, lo que no tiene sustancia, propósito o intención.
La luz iluminó todas las tuberías que había que reparar, quitar y reconstruir antes de recibir a mi pequeño maestro y convertirnos en familia.
De un libro a otro, de una conversación a otra, de una experiencia a otra, fui cada vez más profundo para llegar a la raíz de un trabajo que llevaba años de haber iniciado, pero no había encontrado la raíz de la herida: el reconocimiento.
Una herida que nunca identifiqué en un área de mi vida se apoderó de mí en todo lo demás. La búsqueda constante de reconocimiento es una adicción que nos obliga a siempre buscar la respuesta en el exterior creando barreras y límites que hacen imposible ver que la liberación está en el camino al reconocimiento interior.
Durante muchos años busqué pertenecer sin darme cuenta que esos pasos me alejaron de la esencia de mi alma, y también de las relaciones, lugares y experiencias donde mi espíritu pertenece. No me di cuenta, pero ese camino era una trampa que me alejaba del privilegio de convertirme en quien quiero llegar a ser.
Decidí enfocar todo mi trabajo personal a esa herida permitiendo que la luz mostrará todo lo que había que reconstruir con mayor amplitud en la profundidad. No podría darle a mi hijo lo que no existe en mí.
Mi práctica espiritual aprendida en Asia con Geshe Yong Dong, mis conversaciones, terapias, libros, journaling, podcasts y experiencias se enfocaron en vaciarme para integrarme.
Al poco tiempo, mis hermanos José Casas y José Arce, me invitaron a un programa de dos meses llamado Shine Inside en el que con Pepe Ramos, prometían llevarme a lo más profundo para abrir la memoria antigua y hablar con mi corazón, y así fue.
Sin filtros observé la relación con mi padre como realmente era y me reconcilié con él. En ese abrazo de reconocimiento y paz, entendí que mi miedo a ser papá era consecuencia de los juicios que hice contra mi padre matando al mismo tiempo cualquier creencia interna de poder ser un padre ejemplar.
Ese juicio constante era un carbón ardiente al que me aferré con tanta fuerza que cuando lo solté mi mano estaba tan quemada que ya no podría dársela a mi hijo para acompañarlo en su camino.
A los pocos días del retiro me fui a Date With Destiny de Tony Robbins. Ahí rompí mi cadena de valores y la reconstruí desde lo que hoy es importante para mí. Bajé mi propósito personal y busqué cómo encuadrarlo en mi familia, mis relaciones y mi empresa, y reconocí mi compromiso con la expansión de mi consciencia como lo que más valoraba en la vida.
Profundicé la calidad de mis relaciones y lo que llevo de mí a ellas - con quien lo quiere recibir -, personas que hace poco más de dos años no conocía y hoy son indispensables en mi vida y no las cambio por nada. Ellos han cuidado mis puntos ciegos y me han mostrado el camino a una mejor versión de mí mismo. Son una fuerza de transformación y guardianes de mi evolución (ustedes saben quiénes son).
En la empresa, junto con Daniel Marcos y Scaling Up, nos enamoramos de nuestro propósito y nos hemos mantenido enfocados e intencionales en transformar la experiencia del cliente de blanco y negro a color al asegurar Momentos de Tranquilidad y, en el camino, transformar la conciencia de la empresa y nuestro equipo.
Nació Momentos de Tranquilidad, se convirtió en mi práctica para ir al interior e hice pública mi reconstrucción. Escribir le da sentido a todo. Conecto el pasado con el futuro en el presente. Es una íntima conversación conmigo mismo. Escribir me hace ser una mejor persona. Escribir me ayuda a conectarme con la fuente. Es la mejor forma de vivir porque me obliga a vivir la vida con la antena prendida y con mucho mayor presencia para tener algo que compartir. Es una continua recolección de mi forma de ver el mundo cada semana y ser testigo de mi propia evolución. Escribir me hizo ver y confiar en los planes del Gran Mecanismo. Escribir me hizo creer en mi mismo.
Al poco tiempo de conocer a Pepe me invitó a iniciarme en el camino de la mente al corazón al dietar con la medicina de la selva y con su maestro Don José Campos en el Amazonas. Al inicio de esa experiencia tenía 10 días de haberme enterado que sería papá. Todo mi trabajo en la selva consistió en observarme en la relación con mi madre, con Karla y seguir vaciándome de mí mismo para aceptarme reconociendo que soy el que soy.
A punto de terminar el embarazo regresé a la selva con mis hermanos elegidos por el Gran Misterio para regresar al origen a hacer nuestro trabajo. Ahí le cantamos a Karla y a Mateo en las noches, hasta que terminé de vaciarme y nació el halcón.
Y lo más importante, confirmé que la decisión más importante que he tomado en mi vida fue escoger como pareja del camino de la vida a mi amada Karla, quien ahora está viviendo su renacimiento como madre de Mateo.
Con su llegada nació el bebé, la mamá, el papá y la familia.
Me rompí, me reconstruí y voy renaciendo al crear mi propia cosmovisión del mundo. Ahora empieza un nuevo caminar en el que solo se puede inspirar con el ejemplo.
Sé que es un viaje sin final en el que nunca se termina de aprender, pero también sé que llegué siendo la mejor versión que he sido de mí mismo y más importante, sin dudar del camino que juntos vamos a construir Mateo y yo.
🪶🧙🏼♂️
Valoro mucho que leas lo que comparto y más cuando lo haces abierto y receptivo para recibir una semilla. Cada escrito tiene horas de reflexión y contemplación. Si te puse a pensar, ayúdame y compártelo con tus amigos o familia.
Naval Ravikant - How to Get Rich: Every Episode
Muchos pensamos de Naval Ravikant como un filósofo moderno. Un Marco Aurelio actualizado a la época que estamos viviendo con conocimiento profundo sobre temas tan variados como la libertad, AI, Crypto o filosofía.
Tenía tiempo de no escuchar este mega episodio que junta todas las entrevistas que tuvo a raíz del famosísimo thread “How to get rich without getting lucky”.
Desires are a contract with yourself to not be happy until you get what you want.
- Naval
💭 Something to think about
…Las personas no tienen «un horno con miles de no sé qué de potencia», tienen una cena romántica lista en cuarenta y cinco minutos. ¿Lo ves? Debes hacer historias. Debes entender lo que hay detrás…
Por eso es importante escribir. Las historias venden y escribir es vender.
Te amamos infinito!
Al final solo se trata de ser quien eres. De vaciarte de todo para ser todo. Ese es el padre y el ser humano que habitan en ti. Ese es el instrumento de guía para tu camino de despertar. Tu ser vaciado de lo aparente y sumergido en lo trascendente.