📚 5 Minutos de Tranquilidad
⏳ El Reloj de Arena
Hace unas semanas, en Cracks Mastermind, Simón Cohen, me dejó dos semillitas para reflexionar.
Llegamos a esta vida, se voltea el reloj de arena y no sabemos cuánto tiempo nos queda.
Si no estás pleno y feliz en tu trabajo, no podrás estar pleno y feliz en tu vida.
Pasamos el 70% de nuestro tiempo en la empresa; si no logramos una estabilidad emocional dentro, será imposible encontrarla afuera.
Como empresarios, tenemos la gran responsabilidad de crear una cultura que facilite que nuestro equipo pueda dar el gran salto: un lugar donde puedan crecer, ampliar sus límites, romper sus barreras mentales, disfrutar y gozar de venir a trabajar.
Y también es igual de importante la actitud, la mentalidad, el compromiso y el valor que cada uno, como persona, llevamos a nuestro trabajo dentro y fuera de la empresa. Esos 4 elementos pueden construir y magnificar todo lo que hemos creado o destruir y borrar todo lo construido.
Es un mezcla entre la cultura de la empresa, y la intención y presencia que cada uno traemos a nuestro trabajo. Si nos enfocamos en lo negativo, desarrollamos el hábito de transformar todo en un drama y volvernos la víctima. Si nos enfocamos en la parte positiva, agradecemos el reto que tenemos en frente porque es un oponente que, abordado con presencia e intención, nos ayuda a llevar nuestro trabajo al siguiente nivel.
Una historia que me encanta es la de Ric Elias, un sobreviviente del vuelo 1549 de US Airways que amerizó en el río Hudson en enero de 2009. Imagina ir en un avión a 3,000 pies de altura, escuchar una explosión en las turbinas, ver fuego y humo alrededor de las alas, ver las caras de pánico en todos los pasajeros, sentir cómo no hay vibración porque los motores del avión se apagan y escuchar al piloto decir tres palabras que indican que el reloj de arena de tu vida está llegando a su fin: “brace for impact”.
Una de reflexiones más importantes de esa experiencia no le llegó durante la caída del cielo al agua mientras pensaba en sus arrepentimientos, en lo que hubiera hecho diferente, o en darse cuenta que la vida cambia en un instante y no controlamos nada. Fue cuando se preguntó: “¿cómo agradeces a la persona que salvó tu vida?”.
Reunido con su familia, se acercó al Capitán Sully y le dijo “thank you for saving my life”. Sin ego y con una enorme elegancia y grandeza, contestó “I was just doing my job”.
¿Cómo sería un mundo donde todos hiciéramos nuestro trabajo en todos los niveles? ¿Qué tan grande es tu compromiso? ¿Es una rutina de 9 AM a 6 PM o lo transformas en un ritual para descubrir y traer lo mejor de ti?
Cuando escuché esta historia por primera vez, entre las muchas lecciones, esta fue la más impactante porque detrás de esta respuesta tan sencilla hay muchos grados de complejidad y trayectoria que darían para otro post: compromiso que se transforma en disciplina, disciplina que alimenta la entrega, entrega que alimenta el conocimiento, conocimiento que alimenta la confianza, confianza que empodera la toma de decisiones, y decisiones tomadas en microsegundos que salvan vidas.
Pocas historias o experiencias me inspiran tanto como una persona que se entrega totalmente a la actividad que tiene en frente. No hablo únicamente del trabajo que haces para una empresa; en este momento, me refiero a tu compromiso más importante, el trabajo del espíritu con el que nacemos todos los humanos: enaltecer el alma para que, al final de nuestra vida, esté más pura que cuando llegó.
Uno de los grandes llamados en esta existencia es descubrir qué le da sentido y propósito a nuestra vida, y construir nuestra vida desde ahí. ¿Por qué es algo por lo que me podría morir? ¿Qué me alimenta el alma? ¿Cuál es ese por qué tan fuerte que puede con cualquier cosa?
Engrandecer nuestra alma tiene poco que ver con dinero y mucho que ver con el ser. Ser más esencia y menos apariencia. Entre más cerca estás del núcleo de tu esencia, la vida te obliga a quitarte máscaras que te van dando luz y camino para entender lo que realmente va a magnificar tu alma y permitirte tocar a muchos más. Vas descubriendo cómo sentirte cómodo en tu piel. La pregunta principal no es qué estamos consiguiendo, es en quién nos estamos convirtiendo. La plenitud y la felicidad no están en lo que obtenemos, sino en lo que nos convertimos.
Hay muchas personas multimillonarias que son más ricas en mente, en espíritu y en alma que en las cuentas de su banco. Cuanto más trabajan en su mente, espíritu y alma, más crece la cuenta del banco, porque empezaron por lo más importante: hicieron el trabajo interior de creer en ellos mismos y programaron su mente con la idea de que lo merecen. Esto les permitió crear la disciplina y entrega necesaria para su siguiente meta: decidir perseguir sus sueños y vivir para contarlos. Como dice un querido hermano, “eres del tamaño de tus sueños, pero te conviertes en lo que haces”. Las posibilidades se multiplican cuando haces tu trabajo en todos los niveles.
También hay personas que hoy entiendo como mensajeros del universo, elegidas para una misión superior con mucho mayor impacto: la construcción de un nuevo mundo, un despertar de consciencia y un nuevo orden empresarial. Estas personas van cambiando la vida de aquellos que se cruzan en su camino. Son maestros, pero no del mundo terrenal y empresarial, son maestros del camino de la vida. Y cuando alguno de ellos se cruza en nuestra camino, es esencial estar atento y abierto para que lo que tienen que enseñarnos llegue con la profundidad necesaria, sembrando en nosotros la semilla de una nueva posibilidad y una mejor manera de vivir.
La vida me ha sonreído y me ha ido emparejando con personas que se transforman en posibilidades y que desafían muchas creencias del pasado. Pero la clave para ese mejor futuro ya está adentro ti. El compromiso que tenemos con nosotros mismos y la importancia de nuestra palabra se honra en las decisiones que tomamos para cambiar nuestras circunstancias.
Cuando comenzamos, no tenemos mucho que ofrecer, por lo tanto, debemos construirnos para poder dar. Cuanto más nos desarrollemos y crezcamos, más podremos dar. Por eso debemos tener el valor de embarcarnos en la interminable aventura de descubrir quién podemos llegar a ser.
🎧 Earning the gift of life - Ric Elias
Peter Attia invitó a Ric Elias a platicar en The Drive sobre cómo su experiencia en ese avión lo hizo ganarse el regalo de la vida y las reflexiones que ha tenido 10 años después del accidente.
Una increíble lección que nos invita a vivir más presentes y dejar de posponer las cosas buscando el momento perfecto, es convertirnos en un coleccionista de malos vinos. Si el vino está listo y la persona está ahí, lo abres y vives disfrutando la vida día a día.
Ya no pospones el viaje, la conversación, el proyecto, el nuevo trabajo, etc. Vives por el momento porque el tiempo es la moneda por excelencia.
Links adicionales:
La película sobre el vuelo 1549 de US Airways “Sully: Hazaña en el Hudson”.
TED Talk Ric Elias.
💭 Something to think about
The great challenge in life is that you can have more than you’ve got, because you can become more than you are. The other way around; unless you change what you are, you’ll always have what you got.
El gran reto de la vida es que puedes tener más de lo que tienes, porque puedes llegar a ser más de lo que eres. Al contrario: a menos que cambies lo que eres, siempre tendrás lo que ya tienes.
- Jim Rohn