Sentirme cómodo en mi propia piel no tiene nada que ver con creer que soy un genio, un ser elevado o que paso mi tiempo en una conexión total con el yo superior. Tiene todo que ver con la gran fortuna de ser ayudado por muchas personas que me han compartido su forma de vivir para que con ello pueda en conciencia elegir y formar mi propia visión del mundo.
Hoy les presento a una persona que fue creadora y habilitadora de un cambio radical en mi vida, este newsletter es consecuencia secundaria de haberlo conocido. En mis relaciones es uno de los mejores descubrimientos que he tenido y me veo muy cerca de él, platicando, creciendo, integrando y profundizando muchas décadas más.
Claudio y yo nos conocimos gracias a nuestro amor por los libros y la lectura. Esa primera comida con Claudio, en la que nos expusimos y abrimos en total confianza sin siquiera conocernos, fue (una vez más) una prueba del poder de la vulnerabilidad. Inmediatamente conectamos, él decidió confiar en mí y me abrió las puertas para descubrir un nuevo mundo.
Claudio es un Ángel Inversionista en más de 15 Startups, fue nombrado Emprendedor del Año en dos ocasiones por EY, apasionado del desarrollo personal y la lectura, deportista y fan del Jiu-Jitsu, y una máquina de productividad y conocimiento.
¡Muchas gracias pa por tu Momento de Tranquilidad!
📚 6 minutos de tranquilidad
☯️ Claudio Schlegel - Encontrar lo que Necesitamos
El 26 de julio, a sus 90 años, falleció mi abuela. En la familia sabíamos que, tras la muerte de mi abuelo hace más de 3 años, atravesaría un proceso muy difícil para encontrar un nuevo propósito en su longeva vida. Sus palabras cuando la visitábamos eran: "¿Qué voy a hacer sin mi compañero de vida durante 72 años?" A pesar de que en la familia sabíamos que este momento vendría más temprano que tarde, el instante en que ocurre es duro, triste y crudo.
En esta ocasión, algo se movió bruscamente dentro de mí por la dualidad que he vivido en los últimos 3 años. Por un lado, el nacimiento de mis dos hijos me hace ver cómo un niño descubre la vida en cada paso; por el otro, la muerte de mi abuelo, el cáncer de mi papá y de dos personas cercanas y de edad similar a la mía me exponen lo frágil que es nuestra existencia.
Acompañaba a mi madre en su dolor frente al ataúd cuando me dijo: "Ahora ya estoy en la etapa de la vida donde no tenemos papás." Este comentario, proveniente de la persona con la que tengo el vínculo más cercano de todos, me deja un mensaje muy claro y poderoso: la vida es un conjunto de etapas y ciclos. La vida es mágica, cruda y caótica. Hoy entiendo esta dualidad, hoy comprendo que sin muerte no hay vida, que sin caos no hay orden.
La incertidumbre como parte esencial de la vida y del futuro, y mi necesidad de control, me han hecho sufrir de ansiedad y, peor aún, al reflexionar me doy cuenta de que han pasado momentos irremplazables frente a mí que no pude ver y gozar en su momento. Este dolor me recuerda a aquella frase: "Esos eran los años maravillosos y no lo sabíamos." Y es que, como dice Séneca: "It is not that we have a short time to live, but that we waste a lot of it." ¿Pero qué podemos hacer para no perdernos lo que más buscamos y necesitamos?
La respuesta la encuentro en el norte de Namibia, donde existe una tribu nómada de aproximadamente 50,000 personas conocida como los Himba. A lo largo de su historia, la tribu ha permanecido aislada de la civilización y ha mantenido sus costumbres, tradiciones y lenguaje intactos. Lo interesante es que, al igual que en la mayoría de las antiguas civilizaciones, con excepción de los egipcios, en el vocabulario de los Himbas no existe una palabra para el color azul. Por lo tanto, se asume que cuando algo no tiene palabra y no tiene definición, no se puede ver y entonces no existe.
Para ilustrar esto, Jules Davidoff, profesor e investigador de psicología en la Universidad de Goldsmiths en Londres, realizó un experimento con los Himbas que consistía en mostrar la siguiente imagen y encontrar el color que era diferente; en este caso, el azul.
Sorprendentemente, la mayoría no logró identificarlo porque no lo veían. Los pocos que lograban identificar el color azul lo hacían después de mucho tiempo y muchos intentos.
Para mí, hay dos grandes lecciones en torno a la búsqueda de aquello que nos ayudará a ser conscientes de cuando encontramos lo que buscamos y necesitamos.
El experimento demuestra que lo que no tiene nombre y lo que no definimos, muy difícilmente lo veremos por más que lo tengamos enfrente. Crecemos con la creencia de que las cosas que más felicidad y bienestar nos traerán son aquellas cosas que anotamos en nuestra lista de deseos como viajes, casas, relojes, coches, cosas materiales o experiencias. Sin embargo, perdemos de vista que nuestro enfoque debe estar en trabajar por las cosas que necesitamos para evolucionar y crecer como personas.
En muy pocas ocasiones, lo que queremos y lo que necesitamos es lo mismo, pero en la mayoría de los casos evitamos el proceso de pensamiento profundo y nos dejamos llevar por el piloto automático de la vida. Yo creía que quería viajes con la familia, cuando necesitaba pláticas de conexión con mis papás, mi esposa y mi hermano. Deseaba una empresa exitosa, cuando lo que necesitaba era tener cerca a las personas con las que quiero construir una empresa con propósito.
El trabajo mentalmente pesado y que nos desafía es el que evitamos. En mi caso, este trabajo es el arte del pensamiento profundo y de la conexión de ideas para poder conceptualizar aquello en lo que creo y convertirlo en realidad. La metodología que más me ha funcionado es la que me recomendó Humberto Herrera: sentarse durante una semana todos los días de 15 a 20 minutos y escribir cómo quiero vivir. Después, escribir cómo no quiero vivir. De esta forma, meditando y releyendo esto, es como yo he podido ir entendiendo lo que verdaderamente me da un propósito de vida alineado a mis valores.
Para resumir este punto, nuestra capacidad para crear historias basadas en los pensamientos provenientes de imaginación es uno de los potenciales menos explotados del ser humano. Hay muchas ideas, conceptos y pensamientos que habitan en nuestra mente, sin embargo, no logramos identificarlos. Estoy convencido de que nuestro futuro puede ser mucho mejor si logramos definir y conceptualizar todo aquello que imaginamos y soñamos para materializarlo y distinguirlo como el color azul.Por mucho tiempo hubo cosas que ignoré, algunas de manera consciente y otras de manera inconsciente. Totalmente enfocado en perseguir lo que creía que quería, seguro de que el tiempo era un recurso ilimitado y que todas las experiencias y relaciones en el futuro se podrían disfrutar y rescatar de la misma manera.
El riesgo de acumular las heridas que necesitamos sanar y trabajar, el riesgo de no poner atención a nuestros pensamientos y no darles un concepto, es similar a acumular madera muerta en un bosque. Esta analogía, tomada de Jordan Peterson, sugiere lo siguiente: "Los incendios forestales queman la madera muerta y devuelven los elementos atrapados al suelo. A veces, sin embargo, los incendios son suprimidos artificialmente. Eso no detiene la acumulación de madera muerta. Tarde o temprano, un incendio iniciará. Cuando lo haga, arderá tanto que todo será destruido, incluso el suelo en el que crece el bosque".
En mi historia, la madera muerta estaba en huir de las conversaciones pendientes con mis papás para sanar heridas de niño que cada vez se hacían más grandes y dolían más; el pensar que mi valor para el mundo era por lo que tenía acumulado, tanto lo material como el conocimiento, el no saber cuándo es suficiente; y el tener que esconder mis sentimientos para no sentirme juzgado por mis propias ideas limitantes.
El costo a pagar fue una crisis de identidad personal acompañada de una ansiedad que tuve que tratar con terapia cognitiva conductual y pastillas, y una frustración que marcaba mis días por no saber por dónde comenzar a sanar porque sanar implica ir en contra de la imagen de perfección que me había construido.
El principio de esto es el constante cuestionamiento de nuestras ideas, creencias y experiencias porque utilizando nuestro pensamiento crítico podremos integrarlas a nuestro presente porque la vida no se arregla en el pasado ni en el futuro, sino en el presente. Hoy mi historia es diferente, hoy veo mi futuro como positivo y estoy consciente de que puede ser mucho mejor, aunque honestamente me aterra. Hoy decido caminar mi vida honrando mi propósito y no el de alguien más, decido caminar abierto a gozar de los pequeños pero grandes momentos, hoy decido estar en paz con lo que tengo -aunque nunca satisfecho-, y dejar de impresionarme por lo que sucede en el exterior para estar involucrado con lo que pasa en mi interior.
Y hoy estoy en paz y confío en mi futuro porque como lo he platicado con Miguel: "Los puntos solo se conectan hacia atrás, pero entendiendo que solo podemos vivir hacia adelante".
- Claudio Schlegel
Sigue a Claudio en:
🎧 ¿Cómo estar más presente sin dejar de crecer profesionalmente? - Claudio Schlegel
Claudio es una de las personas más disciplinadas que conozco, una biblioteca de conocimiento y referencias, y un pensador crítico. Una reflexión que me encanta y que comparte en este podcast es sobre la constante comparación que hacemos de nosotros mismos con las demás personas.
El problema de compararnos es que solamente vemos el resultado y no tenemos ninguna idea de lo que la otra persona tuvo que sacrificar para llegar a donde llegó, ni tampoco sabemos cómo se sienten por dentro ni qué tan plenos están con las decisiones que tuvieron que tomar para llegar ahí.
Envy is an illusion. The part of the person that we envy doesn’t exist without the rest of that person. If we aren’t willing to trade places with them completely - their life, their body, their thoughts - then there is nothing to be envious about.
La envidia es una ilusión. La parte de la persona que envidiamos no existe sin el resto de esa persona. Si no estamos dispuestos a cambiar completamente de lugar con ella -su vida, su cuerpo, sus pensamientos-, entonces no hay nada que envidiar.
ℹ️ Posts de invitados
Decidí que voy a continuar con los invitados por dos razones:
Sharing is caring: quiero compartir con ustedes un poco de todas estas personas que me han ayudado, me han confrontado, me han llevado al límite y han sido un faro cuando me he sentido perdido. Todas estas personas me inspiran a seguir en constante transformación y poder inspirar a un ser humano es una de las cualidades más difíciles de lograr porque solamente el ejemplo arrastra.
Introspección: en este espacio le doy a los invitados un momento consigo mismos, les pongo la vara alta, deben abrirse y alumbrar lo que hay su propia oscuridad, y conectar con el super poder de la vulnerabilidad para compartirnos algo que no viene desde la intención de cumplir con el “¿qué dirán los lectores?” sino con el “¿quién soy hoy en este momento de mi vida?”.
¡Deseo los inspiren a sembrar y regar la semilla de lo que quieren construir!
Buenísimo Claudio!! Gracias!!!
Gracias Claudio un abrazo fuerte Gracias por compartir